viernes, marzo 07, 2008

La leyenda de Gambrinus


Existe una leyenda conocida desde hace mucho tiempo sobre un joven llamado Gambrinus, el cual rechazado por el amor de su vida decidió suicidarse, en ese preciso momento oyó una voz que le decía: "el orgullo de una mujer no es motivo de suicidio". Se trataba de un pequeño anciano.

El anciano se llamaba Ruud y deseaba ayudarle a olvidar a la dama, venía del país de los seres pequeños en las regiones subterráneas de la tierra.
Gambrinus le pregunto: -¿algo querréis a cambio?
-Vuestra vida.- le dijo Ruud,- dentro de 70 años os vendré a buscar y os llevaré conmigo.
-¡De acuerdo pero! Deseo que mi existencia en la tierra sea feliz.

Entonces el anciano hizo un gesto con la mano y apareció ante Gambrinus una enorme extensión de tierra, con largas filas de varas de abedul sobre las que trepaba una planta con flores amarillas muy aromáticas. Al fondo se divisaba una casa de piedra.
Gambrinus le preguntó -¿que es eso?
-Una plantación de lúpulo y la casa una fábrica de cerveza, la flor de esta planta curará tu amor.

Ruud llevó a Gambrinus a la fábrica y después de explicarle el proceso de elaboración le hizo probar ese elixir, por primera Gambrinus olvidó a Margarita su gran amor.

Al día siguiente Gambrinus volvió a su ciudad Kortrik y compró una gran extensión de terreno donde plantó lúpulo y edificó una enorme fábrica de cerveza.
La población empezó a aficionarse a este producto y fue tal su éxito que empezó a extenderse por los países Bajos, Alemania, etc.

El rey de los países Bajos lo nombró conde de Flandes pero Gambrinus prefería que lo conociesen como el rey de la cerveza que era como popularmente lo conocían los habitantes de Kortrik.

Gambrinus nunca volvió a pensar en Margarita y vivió en paz hasta los 90 años cuando se le apareció el anciano Ruud. Gambrinus lo reconoció y enseguida sin decir nada abandonó su castillo y partió para siempre al país de los seres pequeños.

Allí fue reducido su tamaño y continua viviendo eternamente.

( Extracto de la adaptación de Ros García LLuis: Cuentos Flamencos, Editorial Araluce, Barcelona 1948 -- robado de otra web a la cual no voy a hacer alusión por malo-malote que soy JAJAJAJA)

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Moraleja: pase, lo que te pase... emborrachate.

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